Te voy a describir a continuación una práctica informal de Atención plena, que te aportará paz y mucha conciencia del momento presente. Puedes aplicarla en cualquier momento, aunque te la presente en un contexto de espera. Puedes aprender a disfrutar del momento presente, pase lo que pase en éste.

Atención plena al momento presente

En la técnica de Atención plena o, Mindfulness, se busca focalizar la atención en el momento presente.  Se intenta llegar a la plena consciencia de lo que acontece dentro y fuera de nosotros. 

Requiere de un entrenamiento y, como con cualquier otro músculo del cuerpo, no vamos a empezar levantando pesas de 50 kg, sino que empezaremos paso a paso.

Con la práctica informal de la Atención plena lo que haremos será dedicar pequeños periodos de tiempo, momentos breves enfocados a la atención plena.  Hasta fortalecer el músculo de la concentración.  Por lo tanto, en este sentido, se plantea como una actitud a lo largo del día. 

Aunque el Mindfulness también tiene otro aspecto, que implica una práctica formal, en el que uno se sienta y se enfoca específicamente a estar consciente del momento presente, lo que denominamos comúnmente meditar.  Esta parte ya la he explicado en un post anterior.

Disfruta el momento presente

Hoy vamos a explicar en qué consiste una práctica informal para el día a día.  Por ejemplo, podría ser “disfrutar de la espera”: cada vez que tengas que esperar, ya sea en una fila, en un atasco, antes de empezar una reunión o en una cita…  Sal del modo en espera y enfócate en el modo Ser.

Esto implica:

1. renunciar voluntariamente al estado mental “espera”, y toda la tensión asociada.

2. Céntrate en el presente, no en lo que va a pasar a continuación, ni te enredes en lo que pasó ayer, tampoco…

3. Disfruta siendo, aquí y ahora.

De modo que cuando te toque la vez, se despeje el tráfico o llegue la persona que estabas esperando, puedas decir o decirte: no he estado perdiendo el tiempo, simplemente estaba aquí, disfrutando de estar conmigo.

Por propia experiencia y por lo que me cuentan muchas personas, cuando te inicias en esta práctica no disfrutas.  O, no siempre lo puedes hacer. 

Por un lado, no tienes el músculo de la atención suficientemente entrenado.  Y, por otro lado, tenemos un problema de confusión con respecto al concepto disfrutar.

Disfrutar…

Todos reconocemos únicamente las acepciones: alegrarse, divertirse, deleitarse, complacerse.

Pero ignoramos otras, que derivan del origen etimológico de la palabra.  Si atendemos a éste, nos queda el significado “sacar la fruta” o “gozar del producto de algo”.

De manera que, en la situación descrita, si estoy sentada en el coche, en pleno atasco mañanero, con un retraso de 20 minutos y me enfoco en el presente puedo disfrutar del momento.

Atención plena al momento atasco de tráfico:

Respirar y darme cuenta de cómo está mi cuerpo.

Seguir atendiendo la respiración que se produce de manera natural y no requiere ningún esfuerzo. 

Observar qué pensamientos acuden a mi mente.  Soltarlos y dejar que pasen sin enredarme en ellos. 

Puedo volver a atender la respiración, siempre que vuelvan pensamientos y se hagan insistentes. 

Permitir que vengan y se vayan (esos pensamientos), sin liarme con historias. 

Podría también atender a ver qué emociones hay

Y, al igual que con los pensamientos, verlas y dejarlas fluir.

Ver cómo vienen y se van. 

Siempre llevando la atención a cómo respiro, cada vez que me descubro enganchándome a algo.

Sin dejar de ver que delante, detrás de ti y alrededor hay decenas de coches, parados.

Momento de atención plena que te aporta paz

Y, al final, habrán sido 20 minutos de práctica de Atención Plena, que te habrán aportado muchísima paz o, cuando menos, mucha consciencia del momento presente.  He aquí el disfrute.

De lo contrario, seguro que tú me puedes describir con pelos y señales todo el maremagnun de pensamientos tóxicos que podrías estar barajando en la espera, con el consiguiente estrés y enfado por llegar tarde y las posibles consecuencias… 

Y ¿este estado va a hacer que el atasco se disuelva antes?  O ¿estar en estado “rumiativo” te va a aportar algo bueno?  Creo que el fruto de esto es menos sabroso y saludable que el otro.

Te invito a probarlo y a que me digas cuál ha sido tu experiencia.  Pero, recuerda, no lo intentes solo una vez, haz de ello un hábito en tu día a día

La atención plena es una actitud de vida.