Aceptación plena.  Lecciones del libro de Byron Katie

Amar lo que es significa básicamente, aceptar lo que es.  

Y lo que es se refiere a lo que te toca vivir en este momento.  Comprende: sentimientos, pensamientos, sensaciones corporales. Lo que sea que experimentes en el aquí y ahora.

Aceptación plena

Hablamos de una aceptación plena, sin condiciones, sin deseos de que sea diferente la cosa.

Este aceptar lo que se da, lo que hay, lo que es, no implica resignación.  Mucha gente lo confunde.  No quiere decir que, si algo en tu vida no va bien, tengas que cruzarte de brazos y no hacer nada por cambiarlo.

Aceptación es algo íntimo, algo personal.  Pongo por caso una situación de preocupación mental.  La preocupación supone un estado alterado, que te lleva a estar en el futuro, no vivir el presente.  Vivirás anticipando sucesos, tratando de evitar los que te desagraden y en alerta constante para controlar el futuro.

No hay control posible.  Eso ya me lo habrás oído más veces.  Es una ilusión el hecho de controlar nada.  Pero muchos humanos vivimos en este modo, creyéndonos que sí es posible, si prevenimos, si anticipamos, si tenemos mil seguros de todo…

Observar y aceptar

La aceptación viene tras el mirar profundamente nuestra situación, la que sea, en este caso, de inquietud.  Nos sentamos en quietud y silencio.  Respiramos atendiendo al hecho de respirar.  Observando ecuánimemente lo que surja (pensamientos, sentimientos, sensaciones).  Sin expectativas.

Atendemos todo lo que hay, sin esperar nada.  Sin juzgar.  Sin desear.  Dejando que todo sea, permitiendo que todo esté y pase.  Que vengan y se vayan ideas, sentires, etc.  Como cuando nos sentamos a contemplar el cielo y vemos las nubes venir y alejarse.  Y no hay nada más que hacer.

Pues nuestros pensamientos de preocupación son como esas nubes, vienen, pueden demorarse un poco en nuestra mente, pero, si se lo permitimos, si no nos apegamos a ellos, se irán, lo mismo que las nubes se alejan.

El ejercicio voluntario de Atención plena consiste en observar y dejar que fluyan.  Sin identificarnos con eso que viene a nuestra mente.  Dejarla abierta, como una casa con ventanas abiertas, el aire entra por una y sale por otra, no se detiene en el interior.

¡Abramos las ventanas de nuestra mente y permitamos que las preocupaciones salgan!

Los pensamientos son inocuos, a menos que los creamos.  Lo que causa el sufrimiento no son nuestros pensamientos, sino el apego a ellos.  Apegarse a un pensamiento significa creerse que es verdad, sin cuestionarlo.  Y nuestras creencias son pensamientos a los que llevamos años apegados.

El Trabajo

‘El Trabajo’ de Byron Katie _como ella lo define_ es un proceso de indagación simple pero poderoso, que te enseña a identificar y cuestionar los pensamientos estresantes que causan todo el sufrimiento en el mundo.

Consta de cuatro preguntas que puedes aplicar a un pensamiento estresante.  Lo primero es escribir tus pensamientos sobre cualquier situación o persona que forme parte de tu vida.  Siéntete libre para juzgar esa situación o esa persona.  Es algo que es para ti.  Empieza a ser sincera.  Y, sobre todo, practica el ser muy amable contigo (nada de culpa o vergüenza).

Cuando hacemos’ El Trabajo’ descubrimos quién somos al ver quién creemos que son los demás.  Pues todo lo que está fuera de uno es un reflejo del propio pensamiento.  Esto, si aún no lo habías descubierto, te darás cuenta al poner en práctica estas preguntas sugeridas por Byron Katie.

Somos los creadores de nuestra vida. 

Tú eres la narradora, la proyectora de todas las historias, y el mundo es la imagen proyectada de tus pensamientos.

La gente intenta cambiar el mundo para ser más feliz.  Pero eso, ya te habrás dado cuenta, no funciona nunca. 

El trabajo propuesto por el libro Amar lo que es sugiere cambiar el proyector, es decir, cambiar la mente, más que la proyección.

Pensamientos estresantes

Se puede aplicar a cualquier pensamiento que cause miedo, angustia, tristeza o frustración; cualquier pensamiento que te impida vivir en paz.  Pensamientos del tipo:

Mi pareja no me respeta lo suficiente.

Mis hijos, jefe o compañeros se aprovechan de mi.

Mis amigas deberían dejar de beber tanto…

Las personas que creen estos pensamientos sufren.  Pero si los cuestionas, descubrirás qué es lo que realmente te hace daño.  Una vez que te das cuenta de la diferencia entre lo que es real y lo que no lo es, empezarás a actuar de forma natural con claridad y eficacia, y a vivir la vida que siempre has querido vivir.

Cuestiona los pensamientos estresantes

Después de apuntar tus pensamientos estresantes, cuestiónalos usando las cuatro preguntas del Trabajo, y después invierte las afirmaciones.  Pondré un ejemplo, la afirmación:

Mi pareja no me respeta lo suficiente

Aplica las 4 preguntas:

  1. ¿Es eso verdad?
  2. ¿Puedo saber con absoluta certeza que eso es verdad?
  3. ¿Qué sucede cuando creo ese pensamiento?
  4. ¿Quién sería sin ese pensamiento?

Hazte cada pregunta, permanece en silencio y permite que la respuesta emerja de tu interior profundo.

Invertir afirmaciones

Después puedes invertir la afirmación.  Ejemplo:

Mi pareja me respeta lo suficiente.

Indaga y encuentra al menos tres ejemplos de que esta afirmación es cierta en tu vida.

Y después puedes probar otras inversiones posibles.  Del estilo de:

No respeto lo suficiente a mi pareja.

No me respeto lo suficiente.

Recomienda el libro, encontrar tres ejemplos de que esas inversiones son ciertas.

Beneficios de esta práctica

Si cuestionas tus pensamientos estresantes, consigues darte cuenta de que todo lo que te ha estado preocupando es simplemente un malentendido.  Te das cuenta de que todo lo que crees no es necesariamente así.  Ese es el comienzo de la libertad.

El Trabajo siempre te deja siendo más amable, más lúcido y más feliz.

Por esto, ¿no crees que no pierdes nada por intentarlo y sí puedes ganar mucho?

Te recomiendo su lectura y aplicación.  A mí me ha aportado mucho.  Ya he llegado a simplificar el trabajo, pero te recomiendo que no te creas nada de lo que digo, que lo compruebes por ti mismo.

Dice la autora en una de sus afirmaciones que sin nuestra historia no podemos tener un problema.  Solo podemos tener una solución.