¿Qué significa la palabra mindfulness?

Término inglés, que procede de la unión de Mind, mente y fulness, plenitud.  Mindfulness se traduce por ‘conciencia plena’ o también ‘atención plena’.

Es un concepto que procede de la meditación budista Vipassana, antigua disciplina monástica de la India, cuyo objetivo es tomar conciencia absoluta del momento presente.

Una de las definiciones de Mindfulness más aceptada es la siguiente:

<<Mindfulness es la conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin juzgar, a cómo se despliega la experiencia momento a momento>>

Dicha definición ha sido dada por el doctor Jon Kabat-Zinn, quien, aunando prácticas como el zen y el yoga, además de otras enseñanzas budistas, procedentes de Oriente, con conocimientos científicos occidentales, crea una técnica clínica para aliviar el sufrimiento humano, reduciendo el dolor crónico y otros síntomas asociados al estrés.

A día de hoy, es una técnica ampliamente estudiada a nivel científico y aplicada en el ámbito de la medicina y de la psicología en Occidente.  Ha llegado a ser muy reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés (tanto a nivel de síntomas físicos como psicológicos), aumentar la conciencia de uno mismo y mejorar el bienestar en general.

Si desgranamos esta definición, podemos ver que Mindfulness:

  1. Es un estado de conciencia que se alcanza, al que se llega.
  2. Deducimos y está demostrado que es una habilidad que se entrena.
  3. Requiere intención de prestar atención al Presente.
  4. Atención libre de juicios, interpretaciones e identificaciones respecto a lo que surge.

Se dice que esta técnica tiene tres patas:

·         Práctica informal: practicar la atención intencionadamente durante alguna de nuestras actividades cotidianas.

·         Práctica formal o meditación propiamente dicha: sentarnos y practicar la observación amigable, sin juicios, meditativa.  Aquí tienen importancia la respiración, la postura y la actitud.  Hay todo un ritual, del que hablaré en otra ocasión.  Y es imprescindible tener constancia para ver los frutos.

·         Autoconocimiento: indagación que nos lleva a darnos cuenta de creencias, patrones y automatismos.  Los reconocemos y empezamos a relacionarnos desde ahí, sin dejarnos arrastrar, sin dramas y sin reaccionar. 

Este tipo de atención, pues, nos permite aprender a relacionarnos con lo que nos está ocurriendo en la vida desde otro lugar, con una mirada más amplia y neutra; centrando nuestra atención en el momento presente, en el aquí y ahora.  Dejando de lado, el pasado y la rumiación sobre lo vivido; y el futuro, que aún no ha acontecido, y todas las preocupaciones respecto a él.

Generalmente, nos movemos desde la evitación del dolor y la búsqueda del placer, lo que conlleva constante lucha con la realidad del momento presente.  Esta práctica nos lleva a tomar conciencia de nuestra realidad, sin querer evitarla, ni hacer que sea de otra manera.  Y así, podremos abordar temas dolorosos, de enfermedad, de estrés, de desafíos de la vida.

Lo que nos abre a una mayor comprensión, nos conduce a la desprogramación de viejos patrones a medida que vamos soltando.  Y todo esto desde el Amor y la Compasión (hacia mí, hacia los otros y hacia la vida) nos lleva al Cambio, la transformación.

Mucha gente pregunta:

¿Mindfulness es lo mismo que meditación?

Por la explicación dada más arriba, creo que ya te habrás dado cuenta de que no. 

Mindfulness es una disciplina que abarca prácticas diarias (informales), para que entrenes el poner la atención cada vez más concentradamente en el momento presente (te iré dando en sucesivas entradas del blog lo que se denominan “píldoras mindfulness” para que practiques).

Y también tiene una parte de práctica formal, que se puede identificar con la meditación vipassana.  Esta, según buda, es un arte de vivir, que se basa en la observación de la naturaleza tal y como es, observando la realidad interna (que se refleja en el exterior).  Pero quitando la atención del exterior, que es donde la tenemos todo el tiempo.

En rasgos generales, se pude decir que Mindfulness pone el foco en la respiración para estar anclados en el cuerpo, centrados en el interior, atentos a lo que acontece en el momento presente, que puede ser incomodidad o, no, dolor o, no, tranquilidad o, no, etc.  Puede ser lo que sea que te esté pasando.

Y desde aquí, mediante la mera observación ecuánime y libre de juicios, se puede alcanzar la serenidad interior, sin pretenderlo (sin expectativas), con mente de principiante, que abraza todo lo que se da, que permite y suelta, sin apegarse a nada.

Diferentes tipos de meditación. 

Te sonarán, por ejemplo, la meditación budista, la zen o la toglen, y la vipassana _ya mencionada_.

Se puede meditar poniendo la atención en algún objeto externo, tipo vela, rosa, fuego, paisaje.  Puedes centrar la atención en los sonidos, escuchar y/o cantar mantras, rezos o cantos gregorianos… 

También puedes practicar meditación en movimiento, en esta línea me encanta la meditación del Corazón de Osso, una especie de danza que repite los mismos movimientos, que te llevan a entrar en estado meditativo.

Algunos buscan la trascendencia más allá, buscan ahondar en la razón de nuestro existir, quienes somos, qué hacemos aquí y propicia una mayor conexión.  No es la pretensión de nuestra práctica formal, en contraste con la meditación trascendental, que tiene ese objetivo.

Mindfulness, plena atención en quietud

Únicamente, OBSERVAR las cosas tal y como son, no como parecen ser y ACEPTAR eso que hay aquí y ahora, en quietud y con amabilidad. 

Entendida la quietud más allá incluso del sentido físico, que también se propicia (sedentes y sin moverse en la práctica formal).  Sino que se busca una quietud mental, anímica, un espacio abierto que permite abrazar amigablemente (aceptar) todo lo que está aconteciendo (ya sean molestias físicas o inquietudes emocionales y mentales), sin enredarse en ello, con desapego.